Me pregunto
por qué ya no destapa
su perfume
las palabras dichosas
por qué ya no las dice
o por qué no despierta de su sueño sin nombres
a la hora en que acuden los recuerdos
por qué elige la sombra
agazapada
como una pordiosera en el último piso
la alegría
por qué ya no se asoma al mirador
camina lentamente
con esos pies
tan sucios
Esperanza Ortega