domingo, 17 de julio de 2011

Fugitiva

Traes destellos de lluvia en los cabellos
brillantes que te cubren la frente;
Tienes húmedos los ojos, los labios mojados
y gélidas y rígidas las mejillas del
frío. ¿Por qué has estado ausente tanto tiempo?
¿Por qué no has venido a mí hasta las
tantas de la noche, tras caminar durante horas
contra viento y lluvia? Quítate el vestido
y las medias, siéntate en este sillón profundo
junto al fuego. Te voy a calentar los
pies en mis manos. Te voy a calentar senos y
muslos a besos. Ojalá pudiese encender
un fuego en tu interior que nunca se extinguiese.
Ojalá pudiera estar seguro de que llevas
bien dentro un imán que siempre te traerá a casa.

Kenneth Rexroth