sábado, 14 de abril de 2012

Leyenda del rosario de los pétalos de rosa

Las viejas cronicas de la Orden del Carmen, cuentan una sencilla y emocionante historia.

Un Hermano lego, que se llamaba Joaquín; rudo y tosco como un roble de las montañas de Castilla, pero cándido y bueno como un trozo de pan.  No tenia letras, ni su cabeza estaba ya en condiciones de aprenderlas, por lo que el Superior le encomendó guardar una punta de ganado que poseia el Monasterio..
Los demás Hermanos le miraban con compasión, pero Fray Joaquín estaba muy a gusto con el oficio, porque el campo le hablaba de Dios en el unico lenguaje que él entendia. Con esto dicho se estendía que Fray Joaquín era un lego muy piadoso y bueno.
 Hasta se llegó a susurrar por el Monasterio que Fray Joaquín veía a la Virgen en el campo y que  le cuidaba el ganado mientras él rezaba, porque en sus muchos años de pastor nunca había extraviado una res, ni el lobo voraz en los crudos dias de invierno, habia hecho presa en ninguna de ellas.
La historia no dice si estas visiones tuvieron lugar o no, pero afirma que efectivamente Fray  Joaquín era muy devoto de la Virgen y que todos los días le rezaba su rosario, mientras conducía su hato al aprisco acogedor.
Esto era para el una obligación sagrada, y nada ni nadie podía estorbar su cumplimiento. Cierto día, se le olvidó el rosario en el Monasterio. ¿Cómo rezar ahora su devoción favorita? El candoroso Hermano tuvo una idea original; a la vera de una ciénaga donde abrevaba el ganado crecía un juncal; arrancó de un tirón unos juncos verdes y con ellos fue atando unas pedrezuelas de diez en diez que separó con un palito atravesado y así improvisó un rosario con el que pudo cumplir con su devoción.
La Virgen se lo premió. Porque,  según cuenta la leyenda al ir a cerrar su rebaño, en el aprisco colgó este original rosario de la rama de un  enebro próximo  por si lo necesitaba al día siguiente.
 Y cuando con la luz del día se acercó al enebro para descolgar su rosario, halló colgada en éll una guirnalda de rosas blancas, separadas de diez en diez, por una rosa encarnada. Era el rosario de Fray Joaquín..
La noticia corría por el Monasterio y se quiso perpetuar este regalo de la Virgen a su fiel devoto convirtiendo las rosas en cuentas de rosario.
Esta historia, es la que ha dado origen al rosario de pétalos de rosa de olor permanente, hecho con las rosas mas fragantes de Castilla y por procedimientos que se han venido transmitiendo en la Orden de generación en generación..

Leyenda popular de Castilla de los Padres Carmelitas